“EL AGUA Y LOS SERES
VIVOS”
EL AGUA EN LA NATURALEZA
De acuerdo con el clima y su régimen de lluvias,
es posible encontrar lugares con ecosistemas muy áridos como los pastizales y
los desiertos, donde las lluvias se presentan en forma esporádica, a diferencia
de los lugares que son muy húmedos como las selvas y los bosques, donde llueve
la mayor parte del año.
En las zonas áridas de nuestro país la
precipitación media anual es inferior a 700 mm, aunque en los lugares más
extremosos es de 50 mm; mientras que en las zonas húmedas varía de 1 500 a 3
000 mm al año. En cada ecosistema habitan especies de plantas y de animales muy
diferentes que satisfacen sus necesidades de agua, de acuerdo con la abundancia
y disponibilidad de este recurso.
Dado que en las zonas áridas la disponibilidad de
agua es reducida, las plantas y los animales que habitan ahí deben aprovechar
el recurso al máximo y evitar su pérdida por transpiración o excreción. Los
cactus, por ejemplo, almacenan el líquido en sus tallos cubiertos por un
revestimiento grueso y tienen espinas en lugar de hojas, con lo que reducen la
pérdida de agua por evapotraspiración.
Los animales, por su parte, obtienen el agua de
las plantas que les sirven de alimento y algunos de ellos, como los tuco-tuco y
las vizcachas pueden sobrevivir en los cálidos desiertos evitando las
temperaturas más altas gracias a que muchos son nocturnos y permanecen durante
el día ocultos en madrigueras subterráneas donde la temperatura es muy inferior
a la de la superficie; en las llamas y guanacos; el pelo grueso evita la
pérdida de agua por transpiración, y de forma similar lo hacen las escamas que
cubren e impermeabilizan el cuerpo de las serpientes y los lagartos.
En las zonas tropicales húmedas, la abundancia de
agua favorece el desarrollo de una gran variedad de plantas; en estos sitios
habitan árboles muy grandes como son las ceibas o los helechos arborescentes.
Asimismo, existe una gran variedad de animales acuáticos y terrestres,
vertebrados e invertebrados
EL
AGUA EN LOS SERES VIVOS
Los seres vivos contienen en su organismo entre
70% y 80% de agua, que circula a través de los diferentes órganos del cuerpo y
transporta los nutrientes y sustancias de desecho. De esta forma, el agua no se
encuentra de manera estática en el cuerpo de los seres vivos, pues, siempre
está en movimiento.
La mayoría de los organismos unicelulares se
desarrollan en un ambiente acuoso y cuentan con una membrana permeable que
permite el paso del agua al interior y al exterior del organismo. En las
células de las plantas y los animales ocurre un proceso muy similar, y además
el agua ayuda a que se metabolicen las grasas, los carbohidratos, las
proteínas, las sales y otras moléculas esenciales que se encuentran en el
citoplasma.
En el caso de los animales, el agua facilita el
transporte de nutrientes que se obtienen del alimento y ayuda a remover los
materiales de desecho a través de la sangre. De esta manera, la sangre recibe
del intestino las sustancias nutritivas que se producen en la digestión, así
como el oxígeno de los pulmones o las branquias, y lleva esas sustancias hacia el
resto de los órganos del cuerpo. Asimismo, la sangre retira de los órganos del
cuerpo el dióxido de carbono y los desechos del metabolismo de las células
durante la respiración, el dióxido de carbono de la sangre se elimina en los pulmones,
los desechos se filtran en los riñones y finalmente se eliminan por medio de la
orina. En las plantas ocurren procesos similares de transporte a través de la
savia. Debido a que el agua absorbe una gran cantidad de calor para alcanzar el
estado gaseoso, es posible regular la temperatura del cuerpo a través de un
sistema natural de enfriamiento que funciona tanto en las plantas como en los animales.
En los mamíferos, por ejemplo, cuando el cuerpo se sobrecalienta, las glándulas
sudoríparas secretan agua en la piel en forma de sudor, el cual absorbe el
calor del organismo y ayuda a que el cuerpo se enfríe al evaporarse,
manteniendo así una temperatura estable.
Otras funciones en las que interviene el agua
consisten en lubricar las articulaciones de los huesos, pues forma parte del
fluido sinovial y equilibra el pH del organismo.
Un ser humano adulto que pesa 80 kg contiene
aproximadamente 75% de agua en su cuerpo y casi la mitad de ese porcentaje se
encuentra formando parte de los líquidos celulares. El cerebro humano contiene
un 80% de agua, los músculos 75% y los huesos 30%. Para mantener esta
proporción de agua en los tejidos del cuerpo es necesario beber aproximadamente
35 mil litros de agua durante toda la vida.
En los seres humanos, el cuerpo pierde agua a
través de la orina, las heces y la transpiración; sin embargo, el líquido se
repone por medio de los alimentos y del agua que se ingiere. El ser humano y
los demás seres vivos al consumir y eliminar el agua de sus cuerpos participan
en el mantenimiento del ciclo natural del agua; por ello, resulta importante
reflexionar acerca de la trascendencia del ciclo del agua en los ecosistemas y
su disponibilidad para los seres vivos, así como en la necesidad de cuidar el
agua y utilizarla en forma eficaz.
En base a lo que leíste en el texto, responde las
siguientes preguntas:
1.
¿De qué depende la cantidad de agua de los
ecosistemas?¿Qué tipos de ecosistemas podemos encontrar?
2.
¿Qué tipo de seres vivos se encuentran en las zonas áridas
y cómo obtienen el agua?
3.
¿Por qué no se encuentra estática el agua en los seres
vivos?
4.
Explica que sucede con el agua en los organismos unicelulares
y en las células de las plantas y animales.
5.
Explica que sucede con el agua en las plantas.
6.
Explica que sucede con el agua en los animales.
7.
Explica que sucede con el agua en los seres humanos.
- III. ¿Como se relacionan ambos textos?
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